Desde finales de 2005 hasta mediados de 2010 tuve la suerte de disfrutar de grandes equipos de trabajo y un cliente fascinante: Paramount Pictures. De pequeño dibujaba a mano las carátulas de mis cassettes y VHS, más adelante lo perfeccionaría en cuanto adquirí cierta destreza con los programas de edición. Parece que hacerlo de forma profesional era un paso al que estaba predestinado. En muchas ocasiones era como «trabajar» para mí mismo, como coleccionista de cine era fantástico recopilar a posteriori trabajos que había hecho yo mismo.
Mi relación con Paramount se divide en dos fases desde dos empresas muy distintas: Una familiar y una multinacional. El idilio comenzó en Visión Cinco, en septiembre de 2005 con Home Entertainment, centrada en la distribución de películas para el mercado casero, DVD y Blu-Ray. En aquella época el vídeo todavía gozaba de buena salud, no existían portales de vídeo como Netflix o HBO y los videoclubs empezaban a notar los efectos de la piratería, pero aún mantenían el tipo.
Básicamente nos encargábamos del diseño y promoción de nuevos títulos y ediciones: Carátulas, dosieres promocionales, catálogos, cartelería, PLV, expositores, packs de prensa, el mantenimiento de su portal, etc. Lamentablemente el declive fue palpable año tras año. En los mejores tiempos promocionábamos cinco o seis películas al mes, durante el último prácticamente solo se movían reediciones de grandes títulos.
A mediados de 2008 Paramount funda su nueva división de cine, dedicada a distribuir sus propias películas en el mercado español ya que hasta la fecha su distribuidora local había sido Universal Pictures. TNT Publicidad (empresa competidora en Home Entertainment) consigue darles servicio y necesita contratar gente de refuerzo, uno de los sitios en los que comienza a buscar, no sin lógica, es nuestra empresa. Mientras hace la búsqueda negocia su absorción con Euro RSCG. Todos mis compañeros escribieron a TNT/Euro mostrando credenciales y portfolio, entrar en el nuevo proyecto se antojaba una gran oportunidad, pero no tuvieron suerte.
Yo me resistía a hacerlo, no quería optar a un puesto en la competencia ni quería rivalizar con mis propios compañeros en un proceso de selección. Quince días después un compañero me convenció para que mandara mi book insistiendo en que no suponía competencia alguna. Una hora después mandar mi book recibí una llamada del director creativo, un día después nos entrevistaríamos y quince días después comenzaría una nueva aventura en Euro RSCG.
Años después y en confianza reconocieron que me estaban buscando, sabían que había alguien en la competencia que les estaba haciendo mucho daño subiendo exponencialmente la calidad de los trabajos. Pocas veces me he sentido tan reconocido pues era justo eso lo que intentábamos día tras día con todas nuestras fuerzas, sin saber si surtía efecto: ¡Victoria! Evidentemente el trabajo no fue solo mío sino de un equipo cohesionarlo y que se divertía en su trabajo.
Las oportunidades surgen en los lugares más inesperados. Nunca me imaginé estar “al otro lado”, entre las filas del «enemigo» y ser tan feliz, la cuenta de cine a pesar de ser ultra-estresante era como ir al parque de atracciones. Promocionar grandes títulos, reuniones creativas geniales, ver antes que nadie las películas, conocer al reparto…
Fue genial, parecía un puesto hecho para mí. Además la capacidad de una gran agencia como era Euro hizo que rebasar mis propias limitaciones y abrir nuevos campos de exploración.